Cuadrante Emocional

Una emoción no causa dolor.
La resistencia o supresión de
una emoción causa dolor.
Frederick Dadson.
Las emociones han sufrido durante gran parte de nuestra historia una fuerte represión.
En muchas culturas, mostrar las emociones, especialmente aquellas que demuestran vulnerabilidad, está mal visto incluso hoy en día.
Esta represión de emociones ha sido, y sigue siendo, de marcado carácter sexista. A los hombres se les “prohíbe” mostrar unas emociones y a las mujeres otras.
Así, mientras está mal visto que un hombre muestre tristeza o ansiedad, es feo que una mujer muestre ira o enfado.
Esto supone un gran lastre en la vida de cualquier persona ya que las emociones son algo natural que empieza a desarrollarse desde los 6 meses de vida hasta los 7 años de edad.
Pese a que todos sentimos multitud de emociones a lo largo de nuestra vida, algunas de ellas con gran intensidad, muy pocos sabrían definir qué es una emoción.
1. Qué es la dimensión emocional
El cuadrante emocional tiene como función principal el desarrollo de las emociones, de ahí que sea tan grave el impedir que los niños las expresen con naturalidad.
Lo ideal es ayudarles a reconocerlas en ellos mismos y en los demás. Ya que el propósito de las emociones es el desarrollo de relaciones sanas.
La necesidad de este cuadrante es el sentido de pertenencia. Amar y ser amado. Y su mayor bloqueo el sentimiento de rechazo, abandono o humillación.
Se alcanza la plenitud en este cuadrante cuando se tiene amor y confianza en uno mismo.
1.1. Componentes de las emociones
Tendemos a pensar que las emociones son únicamente las sensaciones que sentimos cuando estamos, tristes, contentos o tenemos miedo.
Sin embargo, emociones también son los pensamientos, los estados biológicos, los estados psicológicos y los tipos de tendencias a la acción que caracterizan dichas emociones.
Las emociones abarcan los siguientes componentes:
- Cognitivo experiencial:
- Experimentación subjetiva de la emoción.
- Pensamientos.
- Conductual experiencial:
- Postura.
- Expresión facial.
- Vocalizaciones.
- Fisiológico:
- Cambios en la actividad del sistema nervioso somático, autonómico y endocrino.
Las emociones nacen de una situación vivida y de la interpretación que se hace de la misma. Es por eso que diferentes personas, ante la misma situación, experimentan emociones diferentes.
Existen emociones que nos potencian, otras que nos limitan y otras que son neutras.
1.2. Utilidad de las emociones
Al igual que el resto de cuadrantes, las emociones tienen su razón de ser. Estas son sus principales utilidades:
- Defenderse de estímulos nocivos y acercarse a estímulos placenteros.
- Hacer que el organismo adapte sus respuestas ante diferentes acontecimientos.
- Alertar al individuo.
- Mantener la curiosidad y el interés por descubrir cosas nuevas.
- Son un lenguaje de comunicación.
- Retener recuerdos de manera efectiva. (Puedes olvidar lo que alguien dijo, pero no cómo te hizo sentir).
- Tienen gran peso en el proceso de razonamiento. Se piensa con significados emocionales.
Como ves, las emociones tienen su razón de ser y juegan un papel fundamental en la vida de todo ser humano.
1.3. Emociones primarias y emociones sustitutivas
Las emociones básicas o primarias son los sentimientos verdaderos y básicos que se sienten en lo más profundo del ser y que definen fielmente lo que se siente.
Son adecuadas en calidad, intensidad y duración a una situación que acontece aquí y ahora.
Distintas vertientes teóricas hacen referencia a unas propiedades específicas que tienen las llamadas emociones básicas:
- Tienen carácter universal.
- Son primitivas y se transmiten genéticamente.
- Llevan implícitas expresiones faciales propias.
- Van asociadas a diferentes tendencias a la acción.
- Producen un patrón de activación fisiológica diferente.
- Tienen su base en sistemas cerebrales especializados y preestrablecidos que se diferencian tanto funcional como neuroanatómicamente.
Las emociones primarias comúnmente aceptadas que cumplen con los puntos anteriores son las siguientes:
- Miedo.
- Ira/rabia.
- Tristeza.
- Alegría.
- Afecto/amor.
Por otro lado, las emociones secundarias o sustitutivas se aprenden porque el sistema familiar prohíbe (muchas veces de forma inconsciente) la expresión de las emociones básicas.
Son emociones defensivas que esconden el sentimiento primario. Es lo que se siente acerca de lo que se siente, y en ocasiones, llegan a ocultar literalmente lo que se está sintiendo en lo más profundo.
Algunas emociones secundarias o sustitutivas son: falsa alegría, falsa rabia, falso afecto, falso miedo, ansiedad o angustia, vergüenza, melancolía, rivalidad, resentimiento, inadecuación, confusión, depresión, envidia, culpa, celos, entre otras.
2. Qué puedes lograr mejorando tu dimensión emocional

Potenciar tu cuadrante emocional te permite:
- Gestionar tus emociones.
Cuando aprendes a gestionar tus emociones de forma correcta comienzas a disfrutar de muchas ventajas que antes te eran desconocidas. Algunas de estas ventajas son: dejar de vivir a merced de tus arrebatos emocionales, conocerte más y mejor, mejorar tus relaciones personales, mejorar la forma en que lideras equipos de personas, etc.
- Vivir con paz interior, al margen de las circunstancias.
A lo largo de la vida vivimos muchas y muy variadas situaciones personales y profesionales. Algunas de ellas las interpretamos como positivas y otras como negativas, lo que nos produce una serie de emociones positivas o negativas en función de dicha interpretación. Cuando entendemos esto podemos empezar a vivir con mayor paz interior al margen de las circunstancias externas.
- Mantener la motivación.
Mantener la motivación es un aspecto clave en la consecución de cualquier objetivo que te propongas, sea este personal o profesional. Cuando tomas las riendas de tu cuadrante emocional el desánimo tiene más difícil el causar estragos y la motivación gana ese espacio.
- Mantener una relación sana contigo mismo.
Cada vez se habla más de relaciones tóxicas, sin embargo, pocas veces se hace referencia a la toxicidad con que nos relacionamos con nosotros mismos. Quererte y respetarte por encima de todo es un aspecto imprescindible para vivir una vida plena.
- Tener relaciones sanas con los demás.
Cuando eres una montaña rusa de emociones la relación con el resto de personas suele verse afectada. Saber autogestionarse es un factor que favorece la creación y el mantenimiento de relaciones sanas.
- Amarte a ti mismo.
Quererte a ti mismo es un factor clave para mantener una relación sana contigo mismo (punto 4).
Trabajar en tus emociones y profundizar en ellas te permitirá mejorar tu autoimagen y quererte más y mejor.
- Confianza en uno mismo.
Damos mucha importancia al hecho de poder fiarnos de las demás personas. Sin embargo, es aún más importante tener confianza en uno mismo y saberse capaz de avanzar y alcanzar casi cualquier hito que te propongas.
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3. Cómo potenciar tu cuadrante emocional
La dimensión emocional es un pilar fundamental para cualquier proyecto que quieras emprender, personal o profesional.
Una de las principales razones que hace que la gente abandone antes de tiempo, o tenga problemas consigo mismo o con los demás, es una pobre gestión emocional.
Algo que no es de extrañar, ya que apenas empezamos a ser conscientes como sociedad del alcance de saber gestionar nuestras emociones y usarlas a nuestro favor.
3.1. Competencias personales y competencias sociales
Daniel Goleman en su libro “La práctica de la inteligencia emocional” Diferencia entre dos tipos de competencias que puedes desarrollar para potenciar tu inteligencia emocional.
Estas competencias son:
- Competencias Personales.
Determinan el modo en que te relacionas contigo mismo.
- Conciencia de uno mismo: tener conciencia de los propios estados internos, recursos e intuiciones.
- Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y sus efectos.
- Valoración adecuada de uno mismo: fortalezas y debilidades.
- Confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que haces de ti mismo y tus capacidades.
- Autorregulación: control de los estados, impulsos y recursos internos.
- Autocontrol: manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos.
- Confiabilidad: sinceridad e integridad.
- Adaptabilidad: flexibilidad para adoptar cambios.
- Innovación: abierto a nuevas ideas, enfoques e información.
- Motivación: tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de objetivos.
- Motivación de logro: esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia.
- Compromiso: con los objetivos de un grupo.
- Iniciativa: actuar de forma proactiva.
- Optimismo: persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos.
- Competencias Sociales.
Determinan el modo en que te relacionas con los demás.
- Empatía: conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas.
- Comprensión de los demás: capacidad de captar los sentimientos y puntos de vista de otras personas e interesarnos por las cosas que les preocupan.
- Orientación hacia el servicio: anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los clientes.
- Aprovechamiento de la diversidad: aprovechar las oportunidades que nos brindan diferentes tipos de personas.
- Conciencia política: capacidad de darse cuenta de las corrientes emocionales y de las relaciones de poder subyacentes en un grupo.
- Habilidades sociales: capacidad para inducir respuestas deseables en los demás.
- Influencia: utilizar tácticas de persuasión eficaces.
- Comunicación: emitir mensajes claros y convincentes.
- Liderazgo: Inspirar y dirigir a grupos y personas.
- Catalización del cambio: iniciar o dirigir los cambios.
- Resolución de conflictos: capacidad de negociar y resolver conflictos.
- Colaboración y cooperación: ser capaz de trabajar con los demás en la consecución de una meta común.
- Habilidades de equipo: ser capaz de crear la sinergia grupal en la consecución de metas colectivas.
3.2. Identificación y gestión emocional
Dentro de las competencias personales, la conciencia emocional y el autocontrol, son dos competencias clave que pueden dar un vuelco a tu cuadrante emocional si logras desarrollarlas.
Ten en cuenta que la tentación de hacer algo es diferente a hacerlo. La tentación aparece; actuar es una elección.
Detrás de cada emoción hay una historia, y ambas crean una relación circular: una emoción puede generar una historia, y una historia puede generar una determinada emoción.
Vivimos en mundos interpretativos, y chequear las interpretaciones que han generado una emoción puede ayudarnos a transformar el observador.
Para comenzar a trabajar este punto, especialmente para gestionar las emociones limitantes, puedes someter al siguiente circuito esa emoción limitante que te atormenta en este momento.
- Identificación.
Por increíble que parezca, el no saber con exactitud qué emoción es la que estás sintiendo, aumenta tu malestar y ansiedad.
De manera que lo primero que debes hacer cuando aparezca dicho malestar es ponerle nombre a esa emoción.
- Ficha técnica de la emoción.
Una vez que le has puesto nombre a la emoción, toca completar la “ficha técnica”.
Esto es averiguar todo lo posible sobre ella:
- Con qué frecuencia aparece.
- Cuánto tiempo dura.
- Con qué intensidad suele presentarse.
- En qué zona del cuerpo la sientes.
- Qué comportamientos provoca.
- Cómo te hace sentir.
- Qué dialogo interior te genera.
- Qué color dirías que tiene.
- Cuánto pesa.
- Cómo es esa emoción al tacto.
- Qué te ayuda a acallarla.
Una vez contestadas estas preguntas acerca de la emoción en cuestión ya cuentas con una información valiosa que te ayudará a gestionar dicha emoción de manera eficaz.
- Más allá de la emoción.
Con toda la información que tienes acerca de la emoción que quieres trabajar puedes comenzar a ver dicha emoción con mayor perspectiva.
Esto te ayudará a ver más allá de la emoción y averiguar si se trata de una emoción primaria o secundaria a través de dos preguntas:
- ¿Es la emoción proporcional y adecuada en cuanto a intensidad en relación a los motivos que causan dicha emoción?
- ¿Está dicha emoción sustituyendo a otra emoción subyacente?
Este punto de la gestión emocional pone de manifiesto nueva información que en ocasiones llega a dar un vuelvo de 180 grados a la perspectiva que la persona tenía de la propia emoción.
- Aceptación emocional.
Ahora que por fin ves con más claridad, tanto la emoción que te limita como todo lo que rodea a dicha emoción es momento de aceptarla plenamente.
No elegimos la emoción, esta aparece y ocupa un espacio y energía personal. Se debe aceptar la emoción sin juicio, evitando añadir malestar al sufrimiento.
Este es el paso más difícil de todo el proceso aceptar la emoción y todo lo que la rodea sin juicio.
- Expresión de la emoción.
Antiguamente, no estaba bien visto la expresión de las emociones por ser síntoma de debilidad. Ahora se ha demostrado que la expresión de las emociones en sus diferentes versiones significa una mayor conexión con la misma, un mayor conocimiento y sobre todo, se evita o reduce, la somatización en el cuerpo de las mismas.
Así que evita tanto como puedas reprimir tus emociones forzosamente. ¿Cuál es el beneficio de ocultar una determinada emoción?
- Valoración.
Valora cómo afecta esta emoción a la consecución de tus objetivos o a tu día a día.
- Gestión emocional.
La gestión emocional implica acción.
Si has llevado a cabo un buen trabajo de aceptación habrás hecho una parte importante del trabajo.
No obstante, conviene elaborar un plan de acción con tareas concretas para llevar a cabo y conseguir que la emoción no se estanque y fluya, de manera que posibilite la recuperación de un estado de paz interior.