Cuadrante Físico

No dejamos de hacer ejercicio
porque envejecemos,
envejecemos porque
dejamos de hacer ejercicio.
Albert Einstein.
El cuadrante físico es con el que convencionalmente más nos identificamos, ya que está íntimamente ligado al cuerpo. Sin embargo, son pocos los que lo cuidan y potencian en su día a día.
A menudo, se confunde el cuidado del cuerpo con cuestiones como:
- El bronceado de la piel.
- El cuidado del cabello.
- El deporte con fines meramente estéticos.
- La vestimenta.
- Etc.
De ahí que el culto al cuerpo se vea como algo propio de personas superficiales centradas en fines estéticos basados en modas pasajeras.
Lo que te propongo desde potencial disruptivo es el verdadero culto al cuerpo. Para conseguir rendir al máximo es preciso que lo cuides desde las raíces.
1. Qué es la dimensión física
El cuadrante físico es el único que empieza a desarrollarse desde el momento en que nacemos, y hasta los 6 meses de edad. Este corto periodo de tiempo es clave para el cuadrante físico.
Como su propio nombre indica, esta dimensión está formada por el cuerpo, es decir, por todo aquello que puedes apreciar mediante los 5 sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto.
Su propósito es el crecimiento físico y la salud.
Su única necesidad es sobrevivir, y su mayor bloqueo el miedo, sobre todo el miedo al dolor físico. De ahí que a tu instinto no le preocupe en absoluto que llegues feliz a casa después de un día de trabajo, lo único que le importa es que sigas vivo.
El cuadrante físico alcanza su plenitud cuando te sientes a salvo y tienes seguridad interior.
2. Qué puedes lograr mejorando tu cuadrante físico
Cuidar y potenciar tu cuadrante físico te permitirá:
- Gozar de buena salud.
Es fácil relacionar la dimensión física con la salud, ya que ambos están centrados en el cuerpo. Potenciar tu cuadrante físico es uno de los métodos más directos para mejorar tu salud.
- Tener un cuerpo funcional.
La vida sedentaria y los entornos urbanos tan alejados del hábitat para el que hemos evolucionado provocan que estemos atrofiados y apenas podamos realizar con éxito movimientos o actividades que para nuestros antepasados eran el día a día.
- Mantener una postura adecuada.
Tantas horas en posiciones artificiales, como trabajar frente a una pantalla o caminar mirando el Smartphone, provocan que adoptemos posturas antinaturales que no benefician, en nada, a nuestro cuerpo.
- Tener buena expresión.
Nuestra expresión facial dice mucho de nosotros, no sólo a nivel emocional, sino también a nivel físico. Cuando estás saludable y descansado tu cara así lo refleja. Esto además, manda un mensaje positivo al resto de personas.
- Sentirte a salvo.
El cuadrante físico está en plenitud cuando se siente a salvo. Los peligros actuales poco tienen que ver con los peligros para los que fue diseñado este instinto. Por lo que trasladar estas respuestas básicas al entorno actual de forma adecuada es una de las claves para sentirte bien.
- Tener seguridad en ti mismo.
En relación con el punto anterior, el cuadrante físico se siente pleno cuando tienes seguridad en ti mismo. Este punto también puede trabajarse desde el cuadrante físico.
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3. Cómo mejorar tu dimensión física
Puedes potenciar tu cuadrante físico mediante 3 vías principales:
3.1. Nutrición adaptada y basada en comida real.
Cada vez nuestra dieta está más basada en productos comestibles y menos en alimentos reales.
Aprender esta diferencia es clave.
La comida real es aquella que puedes comer sin necesidad de pasar por una fábrica. Es decir, aquella que podía encontrar un hombre del paleolítico en su entorno.
¿Por qué debemos mirar hacia el paleolítico?
Porque aunque 10.000 años para ti sean una eternidad, para nuestros genes son un suspiro. Es decir, nuestros genes y lo que nuestro cuerpo necesita apenas ha evolucionado desde el paleolítico hasta hoy.
En aquella época todavía no existía la agricultura y éramos cazadores-recolectores que vivíamos en tribus nómadas.
Esto fue así durante cientos de miles de años, hasta la aparición de la agricultura.
Durante más de 2 millones de años esta fue nuestra forma de vivir.
¿Entiendes ahora por qué 10.000 años son un suspiro?
Si todo esto del paleolítico te parece un poco exagerado resumámoslo en que si tu bisabuelo no reconocería un “alimento” que te propones comer, es muy posible que no sea comida real.
Elegir muy bien el combustible que le damos a nuestro cuerpo es clave para estar sanos y potenciarlo al máximo.
Somos lo que comemos.
3.2. Ejercicio físico y movilidad
Nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento.
Pasamos demasiado tiempo quietos en posturas antinaturales como, por ejemplo, estar sentados en una silla durante horas.
Cada vez que te sientas en una silla tu cuerpo adopta una postura para la que no ha sido creado. Solo tienes que ver como se sientan los integrantes de cualquier tribu indígena y verás la diferencia.
Como te puedes imaginar el mayor problema de esto es la gran cantidad de horas que pasamos en esa posición:
- Desayunar, comer, cenar.
- Conducir.
- Trabajar.
- Tomar un café.
- Esperar.
- Ver la tele.
- …
Todo esto acompañado de una falta de movimiento abismal a lo largo del día.
No nos movemos lo suficiente, y cuando nos movemos no solemos hacerlo bien del todo, aunque este es un mal menor.
Si nos centramos en los movimientos naturales que el ser humano ha realizado a lo largo de su evolución nos encontramos con diez principales:
- Caminar.
- Correr.
- Saltar.
- Gatear.
- Trepar y escalar.
- Equilibrarse.
- Nadar.
- Cargar.
- Lanzar.
- Defenderse y luchar.
¿Qué tan a menudo hacemos todo esto?
Además, también llevaban a cabo una cantidad infinita de trabajos manuales variados.
Nuestro cuerpo necesita moverse a diario.
Es infinitamente más importante para estar sanos movernos diariamente, que ducharnos diariamente.
Con esto no estoy incitando a descuidar la higiene personal, sino intentando transmitir la idea de que si hay tiempo para la ducha, debe haber tiempo para el movimiento, aunque algunos días tan solo sea unos minutos.
3.3. Descanso y ciclos circadianos
El descanso es vital para estar sanos.
Una persona puede aguantar mucho más tiempo sin comer que sin dormir
Si quieres torturar a alguien prívale del sueño (no lo hagas).
Ten en cuenta que dormir nos hace vulnerables de cara a cualquier peligro, sin embargo, este hecho queda compensado con creces por los beneficios que produce.
Todos los seres vivos tenemos un reloj biológico que regula nuestra fisiología. En nuestro caso, este reloj está situado en el núcleo supraquiasmático y lo forman unas 20.000 neuronas que se encargan de sincronizar los ritmos periféricos y estimula la secreción de melatonina por la glándula pineal.
Este sistema puede mantener los ritmos de forma autónoma, pero necesita de estímulos externos.
El principal sincronizador es la luz, sin embargo, cada órgano tiene su propio reloj periférico, por ejemplo, el intestino, el hígado y el páncreas se guían parcialmente por la luz, pero principalmente con la comida.
Respetar este reloj interno, sin duda, contribuirá a mejorar tu descanso y bienestar.
Cómo respetar los ciclos circadianos y tener un descanso óptimo:
- Luz natural a la mañana.
- Menos luz artificial a la noche.
- Habitación oscura y fresca
- No des la luz si te levantas por la noche.
En cuanto a las horas de sueño, por lo general se habla de las 8 horas de sueño diarias para que el cuerpo se regenere. Hay quienes necesitarán algo menos o más, pero no debe haber grandes diferencias.
Una cosa es lo que necesitas dormir para aguantar el día, y otra cosa es las horas de sueño óptimas para rendir al máximo sin castigar el cuerpo.