Quienes me conocéis, habéis acudido a alguna de mis charlas, o me leéis a menudo, sabéis que soy de las que piensan que para cambiar tu vida debes cambiar algo que hagas todos los días, es decir, debes cambiar de hábitos.
Sin embargo, ya te habrás dado cuenta de que cambiar de hábitos no es tarea fácil. Quizás lo consigues durante unos días, pero más pronto que tarde vuelves a caer en viejas costumbres.
Si lo que acabas de leer te resulta familiar sigue leyendo ya que en este post te voy a revelar el principal motivo por el que ocurre esto y qué puedes hacer para vencerlo y cambiar de hábitos con éxito de una vez por todas.
1. Consecuencias del cambio de hábitos en el corto y largo plazo
Puede que alguna vez te hayas preguntado cómo aprenden los pájaros a hacer nidos si aparentemente nadie les enseña a hacerlos.
Pues bien, lo cierto es que no aprenden a hacerlos, sino que ya nacen con esa información genética. Está en sus genes el saber hacer nidos, al igual que está en los genes de un gato saber maullar.
Al igual que ocurre con el resto de animales los humanos (sí, nosotros también somos mamíferos) también tenemos cierta información “inyectada” en nuestro ADN.
Todo lo que tú sabes a día de hoy es fruto de dos hechos:
- Genética.
- Aprendizaje.
Es decir, hay cosas que haces sin haber aprendido a hacerlas, como respirar o hacer la digestión, y otras, que las has aprendido, como leer o conducir.
Te cuento esto porque todo lo que sabes y no has aprendido está incrustado en el ADN de los humanos desde hace millones de años. Desde el paleolítico, cuando éramos nómadas, cazadores y recolectores, y aunque nuestro estilo de vida ha cambiado bastante desde entonces, nuestra biología sigue intacta.
1.1. Tu programación natural y la creación de nuevos hábitos
Una parte de nuestra programación natural que todos los sapiens llevamos dentro busca la recompensa inmediata como herramienta para asegurar la supervivencia. Lo hace de forma instintiva, sin pensar.
Es esa parte la que te incita a comer hamburguesas, chocolate, pizza y helados sin conocimiento.
Ese chip fue creado hace millones de años cuando los alimentos eran escasos y encontrar algo dulce como frutas o miel era una rareza la mayor parte del año. Y por supuesto, la totalidad de los productos comestibles que se fabrican hoy en día no existían.
En general, y esta es la clave de todo, tu naturaleza busca la recompensa inmediata positiva y huye de los sacrificios.
Si a un perro le das las sobras de una comida de 10 personas, el perro no come 4 huesos y luego dice “voy a guardar lo que queda para el resto de la semana”. No. El perro come hasta que no puede más y se tumba a dormir.
Nosotros somos iguales que ese perro salvo que hagamos uso de nuestra fuerza de voluntad y pensemos en el largo plazo.
Piénsalo:
- Crear un hábito requiere un sacrificio actual para obtener un beneficio en el futuro.
Por ejemplo: Hacer ejercicio ahora para tener buena salud en el futuro.
- Eliminar un mal hábito requiere de un sacrificio hoy para obtener un beneficio en el futuro, o, en muchas ocasiones, para evitar un perjuicio en el futuro
Por ejemplo: Dejar de derrochar dinero comprando ropa que no necesitas hoy, para el día de mañana poder comprarte un coche con el que ir a trabajar.
O dejar de fumar hoy, para en el futuro no desarrollar una enfermedad grave.
Lo mismo ocurre con hechos puntuales como:
Formar a un nuevo empleado para que en un futuro puedas delegar en él ciertas funciones y así tener más tiempo para el trabajo importante.
Este es el motivo por el que crear o modificar hábitos es tan complicado, ya que estamos yendo en contra de nuestra naturaleza primitiva.
La cuestión es que si no vamos en contra de estos impulsos acabaremos metiéndonos en problemas.
Es decir, crear o modificar hábitos requiere que sacrifiques el corto plazo para conseguir un beneficio mayor a largo plazo, algo que va en contra de tus genes más primitivos.
Conocer esta información no hace que pierda importancia, pero sí te permite emplear estrategias más certeras.
2. ¿Qué hago para cambiar de hábitos teniendo en cuenta mis genes?
Ahora que ya conoces el motivo por el que te cuesta tango implementar nuevos hábitos puedes actuar en consecuencia con los 5 tips que te doy a continuación.
No obstante, si todavía no te has suscrito al blog te invito a hacerlo mediante el siguiente cuestionario de modo que recibas la GUÍA GRATUITA sobre “Potencia tus 4 cuadrantes, cambia de hábitos y vive la vida que quieres” donde además de profundizar en el tema de los hábitos, también te explico las 3 únicas herramientas que necesitas para modificar tus hábitos.
- Acepta la realidad.
Ahora que ya conoces un poco mejor cómo funciona tu mente cuenta con que no va a ser fácil implementar un nuevo hábito en tu día a día. Va a requerir de disciplina y de hacerlo aunque no te apetezca.
- La fuerza de voluntad se va agotando a lo largo del día.
Ten esto en cuenta y no dejes tu nuevo hábito para hacerlo a última hora del día. También es interesante que no te agotes a primera hora de la mañana tomando decisiones triviales como qué ropa ponerte. Mejor piénsalo la noche de antes y ahorra fuerza de voluntad para cuestiones más importantes.
- Visualiza.
Tu instinto siempre se va a decantar por la recompensa inmediata, así que si quieres que la recompensa a largo plazo tenga más poder tráela al presente mediante la visualización.
Esto puede serte de gran ayuda en los momentos de flaqueza.
- Planifica y haz seguimiento.
Las 3 herramientas que encontrarás en la guía te ayudarán a planificar y hacer seguimiento de tus hábitos. Dos puntos fundamentales para el éxito en su implementación.
- Crea pequeñas recompensas en el corto plazo.
Si bien es cierto que los buenos hábitos suelen buscar grandes recompensas a largo plazo, eso no tiene por qué estar reñido con las pequeñas recompensas a corto plazo.
Por ejemplo, una ducha de agua caliente después de hacer ejercicio es una pequeña gran recompensa que te ayudará a mantener el hábito.
Recuerda que la recompensa es una de las partes fundamentales que forman un hábito tal y como verás en la guía.
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Espero que conocer este sesgo cognitivo de las recompensas a corto y largo plazo te ayude a cambiar tus hábitos de forma exitosa.