Estar ocupado es fácil. Todo el mundo parece estar muy ocupado todo el tiempo. Al margen de las circunstancias. Tenga trabajo, o no lo tenga. Tenga hijos pequeños, o no los tenga. Viva solo, o acompañado. Trabaje 10 horas, o trabaje 4 horas. Tenga su propia empresa, o trabaje por cuenta ajena. Tanto si tiene una empresa de 200 empleados, como si es autónomo. Vayan bien las cosas, o vayan de pena.
Aquí todo el mundo está ocupado. ¿Te habías dado cuenta de esto?
1. No tengo tiempo, la gran mentira
No estás ocupado, estás distraído.
Lo siento por tu ego, pero no estás tan ocupado como dices. Ese no es tu problema, tu problema es la distracción. No tienes un problema de tiempo, tienes un problema de atención.
Si tu día tuviese una hora más seguirías igual porque, insisto, tu problema no es el tiempo, es la falta de foco.
Falta de foco y falta de responsabilidad. Ya que en el momento que asumes que el problema no es el tiempo, no te queda más remedio que asumir que está en tu mano cambiar tus resultados y con ello tu vida y la de los tuyos.
Y eso es, absolutamente, maravilloso.
2. Tengo otras prioridades
Detrás de cada «no tengo tiempo» hay escondido un «tengo otras prioridades». A veces, a nivel consciente y otras a nivel subconsciente.
Cada vez que le dices a u hijo «no tengo tiempo para jugar», a tu pareja «no tengo tiempo para dar un paseo» o a tus amigos «no tengo tiempo par quedar»; realmente les estás diciendo «tengo otras prioridades».
Pero no te sientas mal todavía.
Puede que la elección sea correcta, pero que la comunicación con ellos y contigo misma sea nefasta.
- Si tu hijo quiere jugar contigo, pero estáis pasando por problemas económicos serios, tu prioridad es que tenga un plato de comida y un techo. No hay tiempo para jugar.
- Si estás enfrascado en un proyecto que requiere de todas las horas durante una temporada, no hay tiempo para pasear. Pero tienes que hablarlo con tu pareja.
- Si te acabas de comprar una casa y estás arreglándola con tu tiempo y dinero seguramente no haya tiempo para salir a tomar algo con tus amigos durante una temproada.
Y no pasa nada. La vida son etapas y cada etapa tiene unas prioridades.
El problema aparece cuando no sabes cuáles son tu prioridades o cuando tienes las prioridades equivocadas.
Ese es el principio del desastre.
3. Estar ocupado es la excusa perfecta para seguir igual
El problema se agrava cuando el «estar ocupado» se convierte en causa y consecuencia.
Lo que se traduce en «estoy demasiado ocupado como para pensar en cuáles son mis verdaderas prioridades» lo que encierra a la personas en un círculo vicioso del que no puede salir.
Este es uno de los puntos clave que tratamos en la mentoría 1 a 1 un cambio radical que hará que logres más y mejores resultados sin necesidad de meter más y más horas, al contrario, adecuando tu jornada de trabajo a tu estilo de vida, sea cual sea.
Estar ocupado es la excusa perfecta para no mejorar las cosas, pero también es el motivo perfecto para empezar a cambiar.
Merece la pena. Seguro.