Emprender no es precisamente un camino de rosas. Llevo unos cuantos años pagando la cuota de autónomos y te puedo decir sin miedo a equivocarme que si te quedas en tu zona de confort, será difícil que sobrevivas en el mundo del emprendimiento.
Y es que emprender es arriesgar. Aquí no hay nada seguro, y además, debes tener la confianza y la motivación suficiente como para salir de tu zona de confort casi a diario.
En tu zona de confort te encuentras cómodo, sin grandes sorpresas, sin necesidad de ser proactivo, tan solo reaccionando a situaciones que te son familiares.
Sin embargo, esto es tremendamente peligroso para cualquier emprendedor, puede ser incluso letal. Por suerte, existen 2 causas que harán que salgas de esa comodidad y te enfrentes a lo desconocido: la necesidad y la ilusión.
Con la necesidad hay poco que decir, nada te hará salir de tu zona de confort tan rápidamente como la necesidad, sin embargo, la ilusión también tiene un poder especial que nos hace mover cielo y tierra para conseguir nuestros propósitos.
A continuación, vamos a analizar 3 momentos en los que es especialmente necesario abrazar la incomodidad como emprendedores para que nuestros proyectos salgan adelante.
1. Momento venta y momento cobro
Emprender es vender. Punto. Cuanto antes interiorices este esto muchísimo mejor para ti y tu bolsillo.
Obviamente, emprender es mucho más que vender. Vender es solo una parte, pero una parte imprescindible y sin la cual la rueda, simplemente, no gira.
Así que te recomiendo hacer las paces lo antes posible con la venta y sanear todo lo que puedas tu relación con el dinero porque de lo contrario vas a sufrir mucho con este punto.
Vender es la validación de que aquello que haces tiene un valor en el mercado y hay personas dispuestas a pagar por ello. Por muy evidente que te parezca esto no ocurre siempre. Hay ocasiones en las que se intenta vender algo que no tiene demanda y el fracaso está servido. Y en otras ocasiones, se tiene algo valioso para muchas personas, pero por desconocimiento sobre cómo venderlo, o directamente, por no ser capaz de salir de la zona de confort, se acaba por tirar la toalla.
No dejes que pase esto, asegúrate de que ofreces algo valioso para tu potencial cliente y véndelo de forma creativa a un precio justo, tanto para tu cliente, como para ti.
Y recuerda, vender no es lo mismo que cobrar. Si por el motivo que sea decides aplazar el cobro de tus productos o servicios, tendrás que estar muy encima de ello, y en más de una ocasión te tocará recordarle al cliente que tenéis una factura pendiente. Espero que esto no te horrorice porque es muy habitual.
Sal de tu zona de confort para vender y vuelve a salir, si es necesario, para cobrar.
2. Momento feedback negativo
Lo que haces ni es perfecto, ni le va a gustar a todo el mundo. El feedback y las opiniones negativas llegarán tarde o temprano y es fundamental que aprendas a diferenciar entre aquellas que son una crítica constructiva desde la cual mejorar tu negocio, y las que se hacen con mala intención o desde la envidia y el odio (sobre todo envidia, a menudo injustificada).
En ambos casos, tendrás que salir de tu zona de confort, bien para reconocer que puedes hacerlo mejor, o bien para aprender a ignorar, sin que te afecten, las opiniones dañinas.
Eso si, no dejes que tu ego te ciegue y te haga creer que todo el que dice algo negativo sobre tu proyecto lo hace con mala intención. Al contrario, piensa en cómo puedes mejorar lo que haces incluso a través de las críticas malintencionadas.
Piénsalo así, recibir feedback negativo te saca de tu zona de confort donde todo parece estar bajo control y te da la oportunidad de cuestionarte si estás haciendo las cosas todo lo bien que puedes hacerlas.
No busques correr a refugiarte en tu zona de confort, mejor aprovecha a tomar perspectiva y corregir lo que sea necesario, o por el contrario, reafirmarte en tu postura. Es decir, si tomas perspectiva y sientes que realmente todo está bien y no sabes cómo utilizar ese feedback que te ha llegado para mejorar, deja las cosas como están. No cometas el error de cambiar algo que está bien para contentar a otros.
Sea como sea, sácale partido al feedback negativo para mejorar y hacerte más fuerte.
3. Momento soltar lo que no funciona
Quizás el momento más duro para cualquier emprendedor sea el de tener que abandonar un proyecto, despedir a un cliente, soltar un producto o servicio y, en el peor de los casos, cerrar un negocio.
Todo esto puede sonar muy trágico, pero ocurre con mucha frecuencia, y créeme, no es algo que solo le ocurra a los demás.
Como emprendedor debes estar dispuesto a abandonar cualquier producto o proyecto que tras un tiempo suficiente no funciona.
Y si no es rentable, no funciona.
Obviamente, todo requiere de un tiempo, el tiempo es una variable fundamental en el éxito de la mayoría de empresas, pero a menudo hay que saber pivotar para llevar tu proyecto a un siguiente nivel. No creo que me equivoque si te digo que todas las empresas que ves como exitosas a día de hoy han pivotado a lo largo de su historia de forma más o menos drástica.
No tengas miedo a salir de tu zona de confort para comenzar una nueva etapa cuando todo te indique que ha llegado el momento.
4. #3 preguntas para salir de tu zona de confort con éxito
Si sientes que salir de tu zona de confort te abruma y no sabes muy bien cómo hacerlo te propongo que saques algo de tiempo para responder concienzudamente estas 3 preguntas.
4.1. #1 ¿Cuál es y cómo es tu zona de confort?
Define con el mayor número de detalles posible cuál es y cómo es tu zona de confort. Y cuidado, tu zona de confort es aquello a lo que estás acostumbrado, no tiene porque gustarte, ni resultarte agradable.
El atasco mañanero que sufren muchas personas cada día forma parte de su zona de confort, pero no creo que les agrade en absoluto.
Teniendo esto en cuenta describe tu zona de confort.
5.2. #2 ¿De qué te protege tu zona de confort?
Tu zona de confort es un mecanismo para mantenerte a salvo que cuando se vuelve obsoleto se convierte en un lastre.
Por ejemplo, ese cliente con el que llevas años trabajando, cuya relación se ha vuelto tóxica, ya no es rentable, o simplemente, ya no encaja en tu negocio. Mantener este cliente sería permanecer en tu zona de confort ya que durante mucho tiempo este cliente te ha protegido económicamente gracias a los ingresos que te generaba, sin embargo, a día de hoy puede que suponga un lastre a tu crecimiento.
¿De qué te protegía en el pasado mantenerte en tu zona de confort? ¿Sigue suponiendo una protección que te compensa a día de hoy?
5.3. #3 ¿Cuál es la mejor forma de agrandar tu zona de confort?
Como emprendedor es absolutamente necesario que expandas tu zona de confort, es decir, que la hagas cada vez más grande a base de hacer cosas que te incomodan, pero te ayudan. De manera que cada vez incorpores a tu zona de confort nuevas situaciones, decisiones y acciones que en un pasado te incomodaban, pero que ahora asumes como parte de tu trabajo y de tu día a día.
Así que una vez analizada la situación en profundidad a través de las 2 preguntas anteriores toca crear un plan de acción al que ceñirte para salir de tu zona de confort y seguir avanzando en tus objetivos.
Por mi parte, tan solo me queda recordarte que podemos trabajar en tu proyecto 1 a 1 a través del programa Explota tu Potencial.
O si lo prefieres puedes rellenar este cuestionario sin ningún compromiso para avisarte cuando saque el grupo de mentoría grupal semanal.