La procrastinación es una de esas palabras que ha ido ganando popularidad entre quienes muestran cierta preocupación por su productividad y la de su equipo.
Y, sinceramente, mi opinión es que sí, que procrastinar es uno de los grandes males que afectan a la calidad y la velocidad de lo que producimos. Y supongo que compartirás conmigo la idea de que la calidad y la velocidad son hoy más importantes que nunca.
1. La procrastinación quiere que estés cómodo
Empecemos por el principio, ¿Qué es la procrastinación? A mí me gusta definirla como esa tendencia a dejar ciertas tareas para nunca. Postergar y postergar eternamente aquello que deberíamos hacer o desechar.
Otra forma de procrastinar es la que se recoge en la Ley de Parkinson, que viene a decir que una tarea ocupará todo el tiempo disponible para su ejecución. De manera que si tienes una hora para hacerla, la harás en una hora, y si tienes una semana la harás en una semana. ¿Te acuerdas de los trabajos del instituto que tenías un trimestre para hacerlos? ¿Cuánto tiempo tardabas? Un trimestre ¿Verdad? ¿Y si te hubieran dejado solo una semana?
Sin embargo, la procrastinación también es la herramienta número uno que tiene tu cerebro para mantenerte cómodo y a salvo. Algo que a priori no es malo, pero se convierte en pernicioso para ti y tus proyectos cuando tu cerebro lo utiliza fuera de contexto y para cada cosa que te propones.
De forma natural todos tratamos de evitar la incomodidad, ya que biológicamente la incomodidad solía ser sinónimo de peligro, y tan solo se combatía cuando la necesidad o el deseo eran apremiantes.
Sin embargo, la realidad actual es muy diferente. La gran mayoría de veces que evitamos la incomodidad no es por estar relacionada con un peligro, sino por la simple incomodidad en sí misma.
Ahora las necesidades no suelen ser tan apremiantes. Por lo general, tenemos las necesidades básicas cubiertas, estamos muy cómodos y no encontramos motivos lo suficientemente fuertes que nos hagan romper esa inercia tan cómoda.
Este instinto biológico que te hace mantenerte en tu zona de confort y procrastinar es primitivo y desproporcionado en el contexto actual. Lo único que desea es que sigas con vida, pero tú tienes otros planes más ambiciosos ¿Verdad?
Para vencer la procrastinación necesitas conectar con un «para qué» más grande que la mera acción en si misma.
Cuando quieres hacer algo, y lo pospones, estas siendo esclavo de tu propia pereza y comodidad. Por el contrario, cuando decides llevar a cabo lo que te propones estás ganando libertad.
3. #7 trucos para vencer la procrastinación
A continuación, te presento 7 trucos que me ayudan a vencer la procrastinación y estoy segura de que a ti también te serán de utilidad.
3.1. #1 Conecta con tu «Para qué»
Como ya he adelantado en el punto anterior, es importante que encuentres ese propósito que va más allá de la acción en sí misma.
¿Para qué haces lo que haces? Hazte esta pregunta una, dos y hasta tres veces si es necesario. Indaga en ti hasta encontrar un motivo con el que conectes y que realmente merezca la pena.
¿Qué quieres lograr? ¿Qué clase de persona quieres ser?
Este es el inicio de todo.
3.2. #2 No uses la regla de los 2 minutos
El sistema de productividad GTD tiene un truco interesante.
Se trata de la regla de los 2 minutos que dice que si algo que te viene a la cabeza mientras estás trabajando puedes hacerlo en menos de 2 minutos lo hagas. De esta manera te quitas una preocupación de la cabeza que de lo contrario te robará importantes dosis de energía y productividad.
Pues bien, mi consejo es que NO sigas esta regla.
En su lugar utiliza lo que propone el método para tareas más largas, que es anotarlas en un listado para llevarlas a cabo en otro momento sin interrumpir tu bloque de trabajo.
¿Por qué te sugiero hacer esto?
Porque el entorno se ha vuelto tan peligrósamente dopamínico con llamadas a la acción tan atractivas que seguramente te robe más de dos minutos hacer, prácticamente, cualquier acción. No por la acción en sí, sino por las distracciones a las que te sometes para hacer la acción.
Un claro ejemplo podría ser que mientras estás en un bloque de trabajo te viene a la mente que tienes que enviar un mensaje privado por instagram a un potencial cliente ¿Crees que entrando a instagram no corres el serio peligro de tardar más de dos minutos?
No merece la pena, mejor anotarlo y hacerlo después.
3.3. #3 Da el primer paso
Tan sencillo como suena. Todos hemos oído la frase de que todo viaje de 1000 millas empieza por un primer paso. No necesitas saber, exactamente, cuál es camino a seguir, lo único que necesitas es saber hacia dónde dar ese primer paso.
Necesitas romper la inercia y para ello basta con que te propongas hacer algo durante 5 minutos. Con temporizador incluido. Seguramente, cuando suene quieras seguir un rato más.
¡Pruébalo!
3.4. #4 La procrastinación se combate con autodisciplina
En posts anteriores hablamos sobre la motivación y la autodisciplina, y cómo entre ellas se complementan.
Sin embargo, si quieres dejar de procrastinar no esperes a estar motivado, actúa con autodisciplina. Punto.
3.5. #5 Busca la incoherencia
Como hemos dicho la procrastinación tiene su razón de ser y en ocasiones puede incluso resultar útil (pocas veces, muy pocas veces).
Sin darte cuenta puede que aquella acción que procrastinas día tras día se deba a que no está en coherencia con tus valores o con tus creencias. En este caso es necesario que te pares a reflexionar y te plantees si realmente quieres hacerlo o no. Si es que no, descarta la idea sin contemplaciones, y si es que sí, ponte a ello.
También puede ocurrir que simplemente consideres que es una pérdida de tiempo hacerlo.
Imagina que has hablado con un cliente y te has comprometido a enviarle un presupuesto. Sin embargo, este cliente no te ha dado buena espina. Tu subconsciente sabe que no quieres trabajar con esa persona y la procrastinación funciona como indicador para darte cuenta de que no te conviene hacerlo. Por eso una semana después sigues con la tarea pendiente de enviarle un presupuesto.
Toma una decisión, o lo haces o no lo haces, pero no lo tengas en el limbo o corres el riesgo de verte a ti mismo como una persona que procrastina.
3.6. #6 Aprende a decir “NO”
Decir no cuando toca puede ser uno de los mayores actos de amor propio que te puedes hacer.
¿Cuántas veces procrastinas el decir “NO” a alguien? ¿Eres de esas personas a las que les da apuro hablar claro y decir «no» a una propuesta aun cuando saben a ciencia cierta que no quieren hacerlo?
Si eres de esta clase de personas, deja de serlo. Ganamos todos con ello.
No procrastines el decir «no».
3.7. #7 Hazlo público
Lo cierto es que no soy muy fan de este truco, pero a según qué personas en según qué momentos les funciona.
Consiste en hacer público tu plan de acción para ayudarte a afianzar tu compromiso. El hecho de verbalizarlo y compartirlo con otras personas puede llegar a resultar útil de cara a combatir la procrastinación.
4. #2 hábitos de planificación para dejar de procrastinar
Además de contar con trucos puntuales para combatir la procrastinación es fundamental que tengas unos buenos hábitos de planificación que dificulten a tu mente el hecho de divagar.
4.1. #1 Ten una estrategia a largo, medio y corto plazo
Como ya te habrás dado cuenta, la estrategia es clave para todo aquello que tiene que ver con la mejora de productividad y la consecución de resultados.
Es innegociable que tengas claros tus objetivos a largo, medio y corto plazo. Sobre todo, los de corto plazo, ya que son los que más te ayudarán a dejar de procrastinar.
Por eso, en Potencial Disruptivo utilizamos la estrategia de planificación trimestral.
Tener claro lo que quieres conseguir a tres meses vista hace que te pongas las pilas, y por ende, que procrastinar no sea una opción.
Junto con la planificación va la revisión de cada trimestre para recoger aprendizajes y planificar los siguientes tres meses.
4.2. #2 Planifica tu día el día de antes
Quizás este hábito no te parezca muy original. Pero eso es lo de menos.
Lo importante aquí es: ¿Planificas tu jornada el día de antes? ¿Sí o no?
Porque si no lo haces, se lo estás poniendo muy fácil al procrastinador que llevas dentro.
Si empiezas tu jornada sin tener muy claro lo que vas a hacer existen dos escenarios posibles:
- Que acabes haciendo lo que otros te piden.
- Que acabes haciendo lo que te resulta más divertido o placentero.
A eso es a lo que te llevará la inercia, pero si lo que quieres es conseguir resultados necesitas ser proactivo y planificar en base a tus objetivos.
Implementa el hábito de destinar 10 minutos a planificar el día siguiente.
Esto es todo, aplica estos puntos y seguro que consigues mantener a raya la procrastinación.